En un gesto de unión y compromiso con una causa vital, directivos y coordinadores pastorales de nuestra Red Educativa, se reunieron en un cine de la ciudad de Guayaquil para ver “Sonidos de Libertad”, una película que aborda de manera valiente y conmovedora el flagelo de la trata de menores y la explotación sexual infantil. La cinta, protagonizada por Jim Caviezel, conocido por su icónico papel en “La Pasión de Cristo”, ha sido producida por Eduardo Verástegui y ha causado un profundo impacto en los espectadores.
La película narra la historia de un ex agente federal que se embarca en una peligrosa misión para salvar a una niña de despiadados traficantes de menores y explotación sexual. La trama destaca la valentía, la determinación y la lucha por la justicia, valores que resuenan fuertemente en el corazón de quienes profesan la fe.
Uno de los mensajes más poderosos de “Sonidos de Libertad” es su lema central: “Los niños de Dios no están a la venta”. Este recordatorio es un llamado al cuidado de los niños y jóvenes, así erradicar estos problemas que afectan a comunidades en todo el mundo.
Directivos y coordinadores pastorales de nuestras instituciones
La presencia de los directivos y coordinadores pastorales de la red en la proyección fílmica, es de importancia para abordar este tema desde una perspectiva moral y espiritual. La película inspiró a los asistentes a reflexionar sobre el papel que desempeñan escuelas y colegios católicos en la protección de los más vulnerables y en la promoción de la justicia social.
La película “Sonidos de Libertad”, con su poderoso mensaje y su destacado elenco encabezado por Jim Caviezel, está actualmente en los cines de Ecuador, brindando una oportunidad para que el público en general se una a esta importante conversación y se sume a la lucha por la protección de los derechos de los niños.
La Red Educativa Arquidiocesana espera que esta película inspire a más personas a tomar medidas concretas para proteger a los niños y niñas de la trata y la explotación, recordando siempre que “Los niños de Dios no están a la venta”.
Colaboradores de la Oficina central